EL Mundo Andalucía

  Somos Zapping
Luis Miguel Fuentes

24 de septiembre de 2006



Fracaso. Incluso presentado por Ana Rosa Quintana, que trate el tema que trate siempre parece que se está haciendo las uñas o probándose sombreritos, el vídeo resultaba escalofriante. El programa había introducido una cámara oculta en un instituto y veíamos a los chavales zotes y matones evolucionar en su leonera diaria, en una educación pública que parecía transcurrir entre paja. Chicos de 14 y 15 años que llegan sin libros y sin cuaderno, que no saben leer, que sacan la navaja, que insultan y se encaran con los profesores, que van a “pisarle la cabeza al director”. Mario Muñoz, un profesor de Málaga que ha recibido puñetazos y pedradas, confesaba que están indefensos. “No tienes autoridad porque no puedes suspenderlos”, decía, y recordaba la huelga con la que se plantaron en marzo los centros de enseñanza malagueños. Pero esto no significa nada. Un 30% de fracaso escolar en España con Andalucía de nuevo a la cabeza, violencia en las aulas, producción en serie de analfabetos funcionales... El hundimiento de nuestra educación pública, sobrellevada como jaula de monos, la putrefacción de todo el futuro de la sociedad. Nada, esto no es nada. Miren los anuncios playeros de la Junta que nos invitan a formar parte de no sabemos qué equipo (¿equipo de incompetentes, de negados, de corruptores de la inteligencia?), miren la apertura del curso que hizo Chaves, miren la sonrisa cada vez más obscena con la que nos insulta la consejera Cándida Martínez, que todavía se presenta como Mary Poppins. Nada. El vídeo nos mostraba la realidad sucia, canalla y aborricada de la educación actual. Y nuestros políticos riendo, como uno creía que sólo podían reír ciertos criminales.


Profesores inalámbricos. En la Andalucía de la tercera modernización, reino triunfal de este socialismo de la propaganda y el convite, resulta que el bochornoso índice de fracaso escolar se debe a que los padres tienen que poner a los hijos a trabajar. Ya ven, unos chiquillos cartoneros en la tierra de las células madre y la aeronáutica como cestería que nos cuentan que habitamos. Pues eso dijo Chaves, o al menos eso hemos leído. Porque en la noticia que salió en Canal Sur el día en que nuestro presidente abría el curso en Posadas, no se mencionaba nada de esto. Sacaron guitarritas, sacaron 6.000 millones de euros que la Junta presupuesta (6.000 millones de ineficacia son muchos), sacaron el ordenador por cada dos alumnos que les lucía en aquel centro TIC y, claro, el esfuerzo de nuestros prebostes por la educación, “lo más importante que se puede hacer, el futuro de Andalucía”, dijo Chaves en un delirio de cinismo. Pues para ser lo más importante, se la están cargando con certerísima efectividad, o es que les interesan los analfabetos como yacimiento de votantes. Y mientras los institutos son los semilleros del rebuzno y del navajerío, mientras los profesores se ahogan en la impotencia y la desesperación, doña Cándida Martínez presenta un Plan de Salud Laboral para el profesorado que “no contempla la violencia escolar como riesgo laboral”, pero sí proporciona micrófonos inalámbricos a los que se queden afónicos, pues los mayores problemas de los docentes son “los del aparato respiratorio y la voz”. La idiotez de nuestros políticos sí que nos deja mudos.


Nueva temporada. La programación de Canal Sur para la temporada promete, al menos para que esta columnita se vaya llenando sola. Las glorias de la Autonomía con programas que son en sí mismos eslóganes, más guerracivilismo para hacer pareja con los otros que ya nos atiborran la casa y mucho concurso tonto. Ni siquiera nos consuela que Juan y Medio deje a sus viejitos, pues les seguirá dando la pastillita Consuelo Berlanga, que sólo ha cambiado un estilo de camarero por otro de croché. Atentos estaremos, que no esperanzados...

(Nota: Este jueves cerraremos la encuesta sobre los andaluces que más nos avergüenzan en televisión. Hasta entonces, pueden votar en somoszapping.blogspot.com)


somoszapping@ono.com

N.A: Este texto original pudo sufrir variaciones durante el proceso de edición.


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