Somos Zapping
Luis Miguel Fuentes

26 de junio de 2005



La otra noche. Una noche andaluza puede ser muy diferente según la diseñe una de nuestras productoras pata negra o la señora Teresa Viejo. En el primer caso tendremos a Los Caños en un parque acuático y a Los del Río presentando sin quitarse la servilleta de la pechera, y en el segundo un largo escalofrío. Teresa Viejo pasó del Primijuego a dirigir Interviú y ahora hace un programa, 7 días 7 noches, a ratos interesante y a ratos amarillo, pero con ese mismo leitmotiv lunar o macabro que inspira a Paco Lobatón, el único locutor cuyo solo nombre hace relinchar a los caballos de Drácula, un poco igual que aquello de El jovencito Frankenstein. La noche andaluza de Teresa Viejo no traía precisamente al Linterna tirándose de los pelos, sino un claustrofóbico reportaje sobre el Estrecho de Gibraltar, donde esa realidad nuestra nada festiva de la inmigración y el narcotráfico llegaba muy en crudo y sin nada de música. Los ojos asustados de los moritos, los chiquillos que luego se le escaparán a la Junta para que cumplan el ideal de libertad que es buscarse la vida en la puta calle, las lanchas forradas de hachís y el chaval que dejó el trabajo para hacer portecitos de Marruecos a Algeciras pillado en seco por la Guardia Civil. Un reportaje en tonos verdosos, como aquellos bombardeos de Bagdad, un reportaje con todo el frío y la miseria que nos cruza del país amigo al que Chaves conmina a la cooperación y al buen rollito de las culturas. El trasvase diario de droga y esqueletos, esa manta por encima que traen nuestras madrugadas, las pateras como piscinas llenas de ahogados y el narcotráfico que nos colma de dinero en polvo y de mafias marfileñas. Justo cuando Isi Sayago volvía a salir abanicándose el escote, esta vez en la feria de Algeciras, Teresa Viejo nos ofrecía lo sucio y lo feo que ocurre al otro lado de la misma noche andaluza.


Decadencia. Seguimos con 7 días 7 noches y otro reportaje para orgullo de nuestra tierra. Para pasar de la miseria a la decadencia bastó una sonrisa de Teresa Viejo y ya estábamos sumergidos en lo que la reportera llamó “el lujo al más puro estilo andaluz”, que es, por si no lo saben ustedes, que los forasteros jueguen a ser señoritos de los de aquí. A esto hay dedicada una hacienda por Alcalá de Guadaira, mezcla del estilo Alba con el estilo Janeiro, que rodea a los huéspedes norteños con jinetes y lacayos que cecean mucho (cuanto más, mejor para la ambientación), con caballerizas y clases de sevillanas, con enganches y noches de tablao, haciendo un como parque temático de lo más casposo de los tópicos cortijeros. Los forasteros andaban encantados de jugar a ser andaluces, que ellos se creen que es como ser príncipes moros, y cuando los paseaban en coche de caballos por Sevilla hasta se ponían a cantar la salve rociera. A los andaluces, hacer el papel de gitanitos, de mozos de cuadra y de limpiabotas se nos da divinamente y ya vemos que hasta se montan negocios con esto. Lujo andaluz, hay que fastidiarse, cómo suena eso en la tierra del paro y los terratenientes. Decadente y kitsch, no vean la grima que daba el hotelito...

Los Juegos. Ese Cadi ya está en primera y aquí habría que poner todo aquel pasodoble de Manolo Santander, pero no cabe. El Cádiz brilla con el heroísmo de los pobres, como si jugaran con una pelota de trapo y aun así ganaran, y en ese sentido, es un equipo muy andaluz. Pero el otro acontecimiento deportivo de la semana ha sido el comienzo de los Juegos del Mediterráneo en Almería, a los que Canal Sur se ha empeñado desde siempre en meterle el adjetivo olímpico porque lo esdrújulo adorna mucho. Así, Almería Olímpica, Villa Olímpica y todo olímpico, cuando a uno le parece que las olimpiadas son otra cosa. No me digan que unos juegos en los que España pretende conseguir más de 100 medallas no suenan como de bromita... Estos fastos esportivos suelen ser hermosos, pero a uno le fastidia cómo las autoridades los utilizan para su propaganda o para el despiste, agrandando las siglas y todo lo demás y haciéndonos creer que con esta gimnasia hemos conquistado un planeta o nos hemos convertido de repente en Noruega. Ya veremos lo que dan de sí. De momento, en la ceremonia de inauguración, se notó el talento andaluz: fue obra de La Fura dels Baus. Y la bandera la izaron... legionarios. En fin.



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N.A: Este texto original pudo sufrir variaciones durante el proceso de edición.



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