Somos Zapping
Luis Miguel Fuentes

20 de noviembre de 2005



Quiero ser como Ibarretxe. Julián Álvarez parecía teletransportado, mensaca y peregrino, parecía un visitador médico, el repartidor de la cerveza o un cursillista de los nacionalismos. Hemos escuchado mucho lo de la renovación del PA como un buen fregoteo de su cuarto de banderas y un olvidar la etapa de Antonio Ortega igual que una época de monaguillo que tuvo el partido. Pero por lo que vimos en las noticias de Canal Sur el otro día, esta renovación les ha devuelto a una nueva época del sílex, que hasta Álvarez tiene un aire al Pablo Mármol de Los Picapiedra. El líder del PA había cruzado España para llegar a algo así como la Kaaba del nacionalismo mitológico, que es el País Vasco, y presentarle a Ibarretxe su proyecto de estatuto para Andalucía, con pinta de menú del día. No sabemos si Ibarretxe tenía que bendecirlo, sancionarlo, corregirlo, fotocopiarlo o dedicárselo como si le firmara un capote. La estampa de Julián Álvarez con Ibarretxe estaba entre esa ceremonia de rendir la pluma, una monjita llevándole al Papa los dos tomos de la vida del santo de su pueblo y el alevín que se ha ido al hotel donde está Ronaldinho para que le dé un autógrafo y le revuelva tiernamente la coronilla. No faltó ni el homenaje, cortesía o peloteo de llevarle un ejemplar traducido al euskera. ¿Le llevaría otro escrito en el idioma de Huan Porrah? Pues ya ven, Ibarretxe constituye para el PA la imagen paterna, la estatura de un viejo maestro o el ídolo del que tomar modelo, mito, peinado y póster, un poco como esa película, Quiero ser como Beckham. Álvarez dijo que Andalucía también es una nación, que es la oferta del año en España, aunque no aclaró si esta nación tiene su propio Adán como Euskal Herría o nos basta con nuestras morerías aceituneras de siempre. También desconocemos si acaso Álvarez respondió al aurresku con una sevillanita.


El gigante. En Canal Sur, Chaves salvaba al mundo, detenía las guerras y dejaba un arco iris detrás de su capa. No parecía sino que en Jordania estaban esperándolo como a un dios solar, no parecía sino que en Israel las armas habían parado como violines para recibirlo y la Reina de Saba ahuecaba los cojines a su lado. En Canal Sur, Chaves arremolinaba a su alrededor a dignatarios y embajadores como Reyes Magos en una pintura flamenca; su verbo apaciguaba el rugir de los continentes y se le posaban palomas en la mano y rayos celestes en la frente. Por detrás de sus discursos creía uno que sonaba un órgano, como en los recititavos de Jesús en las Pasiones de Bach. En Canal Sur salía Chaves como un Pantocrátor con globo crucífero, protagonista o motor de todos los movimientos del planeta. Qué maña hay que tener, sí, para que el presidente de una de las regiones más pobres de Europa que ha ido a mirar las grandes partidas y paripés de la política mundial, en vez de otro camarero parezca un redentor. Pero Canal Sur es capaz de mover los soles y las cámaras para esto y para más. Y luego, otra vez, en Sevilla, en medio del abrazo entre las civilizaciones, cabeza de puente entre la Europa grecolatina y el Marruecos con moscas. Qué dimensión de gigante, la de Chaves, la de su partido universalista y ecuménico. Pero la dimensión verdadera la daba mejor la moción de censura de Gibraleón, que el locutor de Canal Sur decía que los socialistas habían parado “para evitar la crispación que el Partido Popular estaba provocando”. Del “urbi et orbi” al transfuguismo de pueblo y a un tipo interfiriendo la emisora local desde su cobertizo, está toda la distancia del mesianismo a la realidad.


Reserva espiritual. Razones contra la LOE hay unas cuantas, aunque la que ha dado más morbo en este país de cristazos en la cabeza ha sido la asignatura de Religión. Lo de la escuela sin capilla no entienden algunos que no es cuestión de números o mayorías, sino de respeto a la libertad de conciencia. Aun así, en la mesa de debate de María Teresa Campos, cada vez más apretada entre gavilanes y anuncios de vajillas, nos dejaban el argumento definitivo: “En Sevilla va mucha gente a la iglesia”, decía una señora al teléfono, después de citar los Mandamientos. Sí, y los del PSOE salen en las procesiones. Toda una reserva espiritual tenemos en la capital andaluza. Quizá esperan que para que nuestros hijos no sean adoctrinados, tengamos que irnos a Finlandia.



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N.A: Este texto original pudo sufrir variaciones durante el proceso de edición.



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