Somos Zapping
Luis Miguel Fuentes

19 de febrero de 2006



Niño, corta ese pasodoble. Sobre las tablas del Falla todo queda igualado como en un adobo y allí han caído el Papa, la monarquía y los gobiernos lo mismo que La Petróleo. Bendita libertad que le saca pichas y cuernos a lo más sagrado. Pero he aquí que lo intocable se ha manifestado y a Canal Sur este año se le ha perdido un pasodoble como se pierde un Comes. A la chirigota de José Antonio Vera, que va como de tarzanes de cropán o de peluquería, le han hecho el apagón, el tijeretazo, y un pasodoble suyo que dejaba a La Nuestra con las patitas colgando ha sido borrado de esos resúmenes albondigados que hace la tele andaluza con mucho porompompero. Entre el Covirán, el despliegue de hombres rana por los camerinos, toda la restrospectiva del bacalati con tomati y ese chiquillo insufrible que parece que sólo deja el tambor para hacer anuncios de Maizena, no quedó sitio para la coplilla. Pues ya tenemos la censura carnavalera inaugurada, que no ha venido por política ni por dioses, sino por algo tan delicado como sacarle las vergüenzas a esa tele que pagamos todos para que cobren algunos y encima nos ponga de tontos risueños. Un poco más de cintura y de humor, señores. A ver si va a resultar que mi querido Modesto Barragán, a quien no concibo enfadado, va a quedar por detrás de Teófila, que se rió hasta cuando aquellos mosqueteros del Sheriff le dedicaron un estribillo con pedorreta, e incluso de Rafael “Franquito” Román, que llegó a disfrazarse una vez de su propia caricatura. Esto va a ser cosa de Zarrías, que tiene envidia porque él en el Carnaval sale poco o nada. Y si saliese lo confundirían, como es normal, con Doraemon o con Benito el de Don Gato.


La chirigota y la sevillana. “Ay, Mahoma, déjate de bromas”, me parece que decía la comparsa Raza mora hace tela de años. Yo no sé si por Libia tienen a un Libi o a un Manolo Santander con babuchas, pero les vendría muy bien porque así en vez de quemar consulados asarían caballitas en la playa. Miren cómo somos en Occidente que estos dos monstruos, Manolo Santander, el único capuchino con metralleta de salchichón, y El Libi, al que en el Carnaval sólo le queda ya ser ninfa, pueden poner un congelador en lugar de un Cristo y colgarse una medalla que es una lata de anchoas, sin que nadie les quiera cortar el pescuezo. Hay que ver cómo somos, sí, qué manía con la libertad de expresión, que dirían por Paquistán o por Canal Sur. Pues sí, unos costaleros de mudanza, la cristología de peinarse para atrás, la mecida a un paso de palio como de un Nenuco y un guardia civil que es “un bote de Kanfort bocabajo”, de todo eso nos reímos aquí, miren qué satánicos somos. Entre el humor y el lagrimeo yo me quedo con el humor; y entre la chirigota de estos dos bichos y la última sevillana ecuménica de Ecos del Rocío, prefiero también lo primero como lección de tolerancia religiosa. A Ecos del Rocío, esos que cuando cantan parecen que se han cogido un dedo con la puerta, los veo en ese musical y medio de La Nuestra con una sevillana cansina que por lo visto va de conciliar a un rociero y a un musulmán por el método de que cada uno, de espaldas, le rece a su dios o a su caballo. Algo como la alianza de civilizaciones de ZP, pero en feriante. Uno piensa, sin embargo, que para que las religiones se entiendan lo que hay que conseguir precisamente es que cada cual olvide la suya y encontrarse en el lugar común de lo público. Y eso es la laicidad, mejor solución que un max mix con la salve y el Corán.


Día histórico. Con esa facilidad que tiene Canal Sur para el confeti, en los informativos no dudaban en calificar de “día histórico” aquél de la votación del proyecto de reforma estatutaria. Pero histórico de verdad sería que Andalucía abandonara el paro, los basureros de las estadísticas, la limosna de las subvenciones y la gracia flamenquita de la miseria. Yo creo que hasta sería más histórico el día que Quintero dejara pasar un programa sin meter andaluces que dan vergüenza, que ya los trae en cuadrilla. Pues eso, el Estatuto, que a uno le parece como un cuaderno nuevo de caligrafía para un manco, no nos salvará de nada, pero ya tenemos otra fecha para que sus señorías saquen el porrón y todos nos vayamos de puente.



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N.A: Este texto original pudo sufrir variaciones durante el proceso de edición.



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