EL Mundo Andalucía

  Somos Zapping
Luis Miguel Fuentes

30 de julio de 2006



La Pantoja y los canallas. En la televisión del cotilleo la están arrastrando como por la cola de caballo, salvo en Canal Sur, donde la sacan igual que un azulejo de la patria. A Isabel Pantoja, que fue las trenzas de la copla, que hizo con Paquirri una pareja de baraja, que enviudó a la manera de la Magdalena, que se metió en ese cementerio de llevar gafas de sol, que ya cantaba sólo en procesión; a Isabel Pantoja, último clavel a la andaluza, última dolorosa de salve y palangana, le ponen una cruz sobre otra como rebequitas, la hacen consorte de la corrupción y rubia morena de los gangsters de Marbella. Los corrillos con mariquitas de pega y loros de peluquería le rebujan las perlas con el dinero de Julián Muñoz, dicen que tanta ingenuidad no existe, vaticinan que saldrá pronto en los papeles negros del juzgado que convierten en pringados a los triunfadores, le preparan la caída entre escorpiones. No hace mucho, antes de Julián Muñoz fuera entrullado, en las azoteas donde manda Karmele Marchante le sacaron las deudas, las subvenciones sospechosas, sus altas relaciones con la Junta, su amistad con Zarrías, cuya cara en esos programas quedaba rara como si Dinio saliera en el Telediario. Hay satisfacción y venganza de vecina en ver a los ídolos desnucarse. La plebe ama el linchamiento, lo aplaude como a las banderillas. Me está dando ya tristeza esta mujer a la que uno ve más gafe que cómplice, esta mujer que uno se imagina simple y enamorándose de los canallas como siempre han hecho las guapas. Caerá o no en el agujero, pero me da pena que estén esperando su barrigazo con tantas ganas. Seguimos siendo un país de carroña. El día que nos encontremos que no hay nadie por ahorcar, nos moriremos de hambre.


Silencios. Julián Muñoz no se ha afeitado el bigote, pero es que los enchironados de Marbella generan ya leyendas urbanas y noticias que son chistes o al revés. También han dicho en los programas tomateros que Marisol Yagüe, que es como una princesa de los alicatadores, preguntó cuándo venía la señora de la limpieza a arreglarle la celda, cosa que sí parece verosímil. El caso es que entre la audiencia del morbo, pendiente de si la Pantoja va de luto o de mortaja, y las gansadas de estos horteras a los que el dinerazo hizo ridículos como ir al Carrefour con tiara, uno diría que se está perdiendo la verdadera dimensión y gravedad de todo lo que está pasando aquí. Nuevas querellas contra Muñoz y Roca, la aparición de José María del Nido, ese tipo chulángano, como un nuevo cucharón metido en Marbella, más toda la gente que hay en Andalucía que no traga el desayuno desde que empezó el movidón, nos están dejando la autonomía con las patitas colgando. Por eso, los silencios son sospechosos como nunca. Igual que el del otro día en las noticias de Canal Sur. Debe de ser que aquí no está pasando nada cuando empiezan con un accidente en Barcelona, con un incendio en Laredo, con una pareja belga que parece que mató a su hijo por ahí. Sabemos de ese truco que gusta en Canal Sur, el de empezar con sucesos y explosiones de butano. Pero luego vinieron un atraco a un camión de tabaco, un sistema de teletraducción en el hospital Virgen del Rocío, la devolución del dinero de un coche averiado y la sequía de Iguazú. Pasó todo el informativo sin que uno viera referencia alguna a la segunda condena en firme a Julián Muñoz, que era noticia del día. Me extrañó mucho. ¿A la Junta le vuelven a quemar sus negocios con el gilismo, o les pareció que la noticia era un bigote sobre otro bigote?


A caballo. Son los carritos del helado de los ricos, las mecedoras más vistosas de los señoritos, y la televisión andaluza, que se hace progre o duquesita según conviene, se recreaba en una competición de enganches, esa melena que tienen algunos apellidos. Carruajes, caballos, palafreneros, toda una herencia de guapuras. Hay programas que nos hacen a todos los andaluces golfistas y otros, jinetes como papá, igual que éste del que hablamos, que se llama A caballo y presenta Antonio Bustos con un polito de pijo que ya le he visto antes, con un gran número cinco y la leyenda “Horse time”. Ea, otro programa para el andaluz medio, el que tiene yeguadas y calesas. Ahí está la RTVA para que no decaigan los tópicos cortijeros ni se nos extingan como burros los señoritos.



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N.A: Este texto original pudo sufrir variaciones durante el proceso de edición.


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