CHARLAS DE LA BAHÍA

Conferencia:
"¿Sobrevivirá el capitalismo?"
Ramón Tamames

El ciclo de conferencias 'Charlas de la Bahía', organizado por EL MUNDO y el grupo hostelero Jale con el patrocinio de la Fundación de Ayuda al Desarrollo Social de Hispanoamérica, se celebra en la Hacienda Las Beatillas, en El Puerto de Santa María (Cádiz)
[resumen de la conferencia]

20/10/02

¿Un capitalismo solidario?
Luis Miguel Fuentes

A Ramón Tamames, las turbulencias de la economía mundial le dejan el peinado amotinado y las cejas feroces. Venía el profesor, laureado de cátedras, a hablar del capitalismo que ha ido sobreviviendo cambiando el discurso y el esmoquin, y que parece que tiende inexorablemente a abarcar todo el planeta en un gran abrazo de gordo simpático. La Historia ha ido sacando sucesivos augures que veían clarísimo el fenecimiento del capitalismo, pues decían que era como vivir de comerse el propio brazo. Pero todos, empezando por Marx, han fallado. Después de la caída del muro de Berlín como un terremoto de puños y ante la cercana conversión de China, Tamames concluye que el capitalismo no tiene alternativa, ni más enemigo que su misma corrupción y envilecimiento.

El capitalismo ha ido cambiando tanto que es difícil de definir “en esencia” Parece claro que no es lo mismo el primer capitalismo de la Revolución Industrial que lo que actualmente tenemos, eso que nos sale en la tele lleno de flechas de colores y alegres percentiles que nos cantan niñas como en un bingo. No es lo mismo el capitalismo salvaje, el licencioso laissez faire (recuerdo lo que decía Hans Tietmeyer, presidente del Bundesbank, aquello de que “los políticos tienen que hacer lo que dictan los mercados”), que un capitalismo en el que el Estado dome esta pulsión selvática para equilibrar y repartir. El grado de intervencionismo del Estado, la importancia que se quiera dar a que el capitalismo tenga una consecuencia de justicia social y bienestar, pueden tener tantas gradaciones que habrá que concluir que hay tantos capitalismos posibles como decimales, incluso capitalismos que tengan tan poco de capitalismo que ya sean otra cosa (¿la Tercera Vía?). No es la cuestión, pues, si el capitalismo es invencible o no, sino con qué capitalismo nos quedamos, con el que sólo da tiburones y pelotazos, o con el que nos deja en una Suecia tranquila, venturosa y ciudadana.

Ramón Tamames sostenía el viernes que es posible un planeta próspero en un capitalismo solidario, pues hasta la solidaridad puede ser un gran negocio. Los países de lo que Tamames llama el Infierno, aquellos que no se pueden aprovechar de la imparable globalización porque todavía no hay en ellos estructura social o política que lo sustente, deben ser ayudados, aunque sea sólo por el gran mercado que ofrecen. Ese tiene que ser el horizonte del capitalismo, según Tamames, cosa en la que estamos de acuerdo; pero esto necesita una primera globalización de la democracia y los derechos humanos antes que la que está de moda, que es sólo el dinero despendolado que siempre se vuelve a Manhattan dejando a los negritos igual de flacos.

Los grandes escándalos financieros que nos está sacando EE.UU., con ejecutivos que se inventan los beneficios y terminan riquísimos mientras los accionistas se arrojan por las ventanas, nos están mostrando el enemigo del capitalismo dentro de sí mismo. Eso y la especulación bursátil, las burbujas virtuales y el dinero gratis, podrían acabar con el sistema. Añadía Tamames algo más: el unilateralismo que el Imperio USA está inventando en política exterior. Superar esto, llegar a un capitalismo solidario y mundializado, puede ser una gran cosa, aunque cabría preguntarse si aun así conseguiríamos una verdadera justicia global. Pero la búsqueda del sistema perfecto, lo decía también Tamames, es como el pollo que siempre imaginaba Carpanta, inalcanzable como todos los absolutos.


Resumen de la conferencia

“No hay alternativa al capitalismo"

“El gato de siete vidas” fue el subtítulo que Ramón Tamames, Catedrático de Estructura Económica de la UAM, eligió para su conferencia “¿Sobrevivirá el capitalismo?”, pronunciada el viernes dentro de Las Charlas de La Bahía que organiza el grupo Jale con la colaboración de EL MUNDO, y con el quiso recalcar “la resistencia del capitalismo a decaer y sus posibilidades de transformación frente a otras alternativas”. El profesor Tamames, al que José Antonio Gómez Marín, presentador del acto, definió como un “economista pionero en España”, hizo una reflexión sobre la actual crisis económica internacional analizando el pasado del capitalismo y sus previsiones de futuro en el marco de una imparable globalización.

Tamames repasó los orígenes del capitalismo, que fundamentó en lo que llamó “el instinto creador” además de “en el calvinismo, en el trabajo bien hecho y la austeridad, y en el darwinismo de la lucha por la vida”. “Cuando esos principios son corroídos por criterios de avidez, de codicia y de corrupción –afirmó—, el resultado son las turbulencias por las que estamos atravesando, y que tiene su manifestación clara en la exhuberancia irreal y la burbuja financiera”. Recorriendo los diferentes augurios de destrucción del capitalismo y los reveses y crisis que ha sufrido durante la Historia, Tamames mencionó los avances que supusieron el taylorismo frente a la opción totalitarista de “frenar la caída del capitalismo utilizando una fuerza que retrasara la democratización de las sociedades”; las teorías keynesianas, plasmadas en el Plan Marshall después de la II Guerra Mundial; y el punto crucial que fue el mandato de Carter en EEUU. A partir de aquí, según Tamames, “el capitalismo ya no es puro capital, es una economía mixta donde está el mercado y también está la regulación moderadora del Estado para redistribuir renta, lo que se llama la sociedad del bienestar, el capitalismo humano”.

“En esta situación, lo importante –recalcó- es que ya no hay alternativas al capitalismo. Han desparecido, y el muro de Berlín es el símbolo de ello. El Imperio Soviético se hunde, Cuba mantiene aparentemente el sistema pero sólo difunde la miseria y el turismo sexual, Corea del Norte se sitúa en la aberración del poder absoluto y despótico, y China y Vietnam se van despidiendo del sistema de comunismo comercial”. Para Tamames, el capitalismo “tiene todavía algunos déficits globales y algunas disfunciones internas” pero “la globalización es un hecho”. “El peligro para el sistema está en los países que están fuera, en condiciones de vida miserables”, dijo. Por eso, abogó por que “la globalización adquiera rostro humano” y haya “una solidaridad voluntariosa o egoísta, porque puede ser el mejor de los negocios ayudar a esos países”. El otro problema de la globalización, añadió, es “que la biosfera también se hace global, y el medio ambiente es un reto indispensable”. Para Tamames, todo esto está siendo frenado por “el país central del capitalismo, EE.UU., que ha dado un paso atrás muy importante hacia el unilateralismo en vez de hacia la solidaridad”. Señaló como el otro gran enemigo el “capitalismo corrupto”, “los grandes ejecutivos que han destruido las bases del sistema, lucrándose, utilizando información privilegiada y manteniendo las cotizaciones en bolsa artificialmente”. Tamames rechazó la Tercera Vía como alternativa real y concluyó que “las cosas son las que tenemos delante y perfeccionarlas es lo que tenemos que hacer”

 

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