DIARIO DE CADIZ

LAS HORAS TENDIDAS

SIVE

Europa se blinda en su fortaleza Schengen, eso que suena a cosa de Mazinger Z, a gruta para las bestias mecánicas del Barón Ashler (fue la serie de mi infancia). Una suerte de campo de fuerza, de bisturí tecnológico, recorrerá y vigilará el Estrecho y luego Canarias y toda la costa andaluza. El monstruo de ojos electromagnéticos se llama SIVE y lo acaban de presentar unos policías felices como padres parturientos, riéndole mucho las gracias al hijo nuevo, tan tierno con sus bracitos infrarrojos, con su balbuceo inocente de barrido de radar, con su pataleo de émbolo inconsciente y exterminador, como el bebé de un dragón o de un torpedo. El niño-monstruo está programado para señalar con un dedito ciego a todas las pateras que vengan de los pozos del sur a ensuciarnos las playas de carne negra e infiel, y la Guardia Civil se encargará de devolver a los miserables a su miseria con diligencia milimetrada, con alegría automática de resorte. Pero más que evitar muertes, más que desarmar la horrible mercadería humana de las mafias, este murallón lo que viene a hacer es aniquilar definitivamente la última esperanza del pobre, elevar el norte a un cielo sin escaleras y poner unas serpientes de titanio a vigilar que no salga nadie del fosal de labios reventados y gachas de hormigas que es África.

Román se bajó al moro hace poco, para asesorar a los marroquíes en materia turística. Inútil, seguramente, porque la clase dirigente marroquí se sigue gastando los dineros del país en mármoles y elefantes, que es lo que les piden la sangre y sus esposas. Mientras, Europa termina su basílica de oro, amuralla su olimpo y entrega los despachos a sus arqueros. Bastante más que enviar a Franquito Román de vacaciones debe hacer Europa con África. Y ese ojo láser del SIVE, ese gran chivato de la carne pobre, en nada ayuda. Sólo sirve para instalarnos en un asco burgués que se tapa la nariz levantando el meñique como una señorona ante la peste a miseria. A muchos les basta con eso, con no oler la mierda.