Los días persiguiéndose
Luis Miguel Fuentes

18 de diciembre de 2003

El despiece

Decíamos la semana pasada que España se quiebra por los picos, como aquella hermosa primavera con una esquina rota de Benedetti, y hoy tenemos que decir que a Zapatero le van arrancando poco a poco sus patitas de mariposa y que el PSOE se ha terminado de revelar en lo que tiene de superposición de ducados y de arreglo de tenderos. Zapatero creemos que es un hombre honrado que entró a regir con poemas una tabla numularia. Las regiones, cada una con su cordillera y su cartera, con su corte y su trigo, hay que ir conquistándolas una a una, y el PSOE ha ido haciendo calceta de pobre donde los pobres y numismática de rico donde los ricos. No es incoherencia como dicen algunos, sino todo lo contrario. La política es una gran maquinaria de sumar y ahí cuentan, con su diferente peso, diputaciones, cabildos, regiones y otras tenedurías. Cuando no se gobierna el país, este despiece de menudencias puede dar un porcentaje grande del mismo y así mantener abierto el negocio con varios escaparates, cada uno con el jamón de la tierra. El PSOE, compuesto de muchas baldosas como hemos dicho otras veces, ha ido colocando sus reyes agrarios, sus pastores del pueblo o sus sastrecillos burgueses cada uno donde correspondía. La política del PSOE es, pues, un gran coro de zarzuela en el que el violinista espiritoso que es Zapatero desentona cuando suena tras él la música hecha con bieldos. Zapatero no tiene otra política nacional posible que la suma vectorial de las políticas de granero de sus barones, tirando cada uno de una manga. Verle intentar conciliar todo este contrapunto no da sino ternura y dolor de oídos. La tuba de Bono, la chirimía de Maragall, el pito rociero de Chaves, no hay manera de juntarlos. Por hacerse tronos en las autonomías, Zapatero sabe que cada vez va perdiendo más las futuras elecciones generales y empieza ya a mimetizarse con Almunia, que era la gran cabeza de perdedor que tenían hasta ahora los socialistas.

Para entretener de todo este caos regional del PSOE, Bono le manda una carta escolar a Boadella, escrita como si le contara sus sentimientos a un payasito, y Chaves presenta una propuesta de reforma del Estatuto de Autonomía que es sólo cambiar las cortinas o poner la estatua de un niño meando a adornar los jardines muertos de la región. Pero lo que aquí es inaugurar otra oficina, en Cataluña es toda una revolución de glotones, y por ahí no nos va a engañar. El PSOE quizá quiere dar la impresión de que está configurando un modelo de Estado con pequeñas explosiones en cada autonomía, pero eso es una nana para no decir que tienen muchos castillos y que aquí cada cual juega para su bolsa. Eso es lo que significa “federalismo asimétrico” después de quitarle las comillas. Chaves preside por un lado una autonomía de pobres y por otro un partido hecho de caseríos y escopetas soberanas. Andalucía necesita todavía trasvases de solidaridad y dinero ajeno porque los socialistas aquí sólo se han dedicado a engordar la burocracia y el clientelismo, pero Chaves no mira por nosotros, sino por la salud de su partido que depende ahora de la nueva mina catalana. El modelo Maragall-Carod nos quita 115 millones de loros y nos pone de babucheros, eso es lo que cuenta y eso es lo que está aplaudiendo Chaves. Y el pobre Zapatero, en el que algunos creíamos, nada puede hacer, sólo volver a su Quijote hasta que lo quiten de en medio. Da pena cuando a un buen político no le dejan más que hacer de pelele. Quedará como aquél de los ojos de princesa que no supo domar ni a sus caballos ni a sus mastines.

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