ZOOM · Luis Miguel Fuentes


Verano y comisiones

 

Va terminando agosto, atascadero del verano, desove de turistas. Hay ya una coagulación de las podredumbres marinas, una frialdad transeúnte que toma las noches (escucho Baby it’s cold outside, divinas Ella Fitzgerald y Sarah Vaughan, que me consuelan de mayonesas, gorilas y otras musiquillas). No es mi mejor época el verano. En las playas me veo raro como un buzo, en los chiringuitos me veo silenciado como un macetero. Me libro de otros cabreos, eso sí, porque me quedo en Sanlúcar y no paso por ese atletismo y ese patíbulo que son las carreteras y los aeropuertos en verano. Me cuentan ahora, por ejemplo, que la agencia de viajes de la Caja San Fernando, enredada con Iberojet, no devuelve los dineros cobrados por un viaje a Roma que se quedó en estación de penitencia en Barajas por culpa de una huelga en Italia. Es lo que tiene el veraneante de buey sumiso y de saco transportado, es lo que tiene el verano de camionaje y de estafa.

El verano tampoco es la mejor época para los políticos, todos fuera de lugar, huraños como desembarcados, empequeñecidos igual que duques en chándal. Sólo lo de Gescartera, con sus obispos y monjas como budas de oro y sus sinvergüenzas rebañadores de millones, devuelve este verano a los políticos su esencia, les saca de su muerte submarina y les empuja a hacer una declaración que tiene siempre sordina de flojera y sofoco. Aznar, soliviantado en su retiro de cabras, accedió por fin a una comisión de investigación con todos sus salvoconductos. Dicen que está molesto por el artículo de Pedrojota, donde explicaba Gescartera como el Ibercorp del PP. Aznar ya tiene otro sarpullido de verano, una sobadura grande como un ministerio y una arena levantada de tramposería que se tiene que tragar con la tortilla. Pero una comisión llama a otra, es ese equilibrio de las corrupciones y ese reparto amigable de los escándalos. El PP pide luz sobre el caso Prensa Sur y otros, sin embargo Chaves no quiere gastar secretarias en eso. Ha habido una pequeña bronca de sombrilla entre él y Teófila. No más. En el verano, lo que pega es saldar las discusiones con un corte de manga, y vuelta a la sandía. Mala época para pensar en comisiones es ésta.

La transparencia en política no existe, ni siquiera durante la franqueza y los nudismos del verano. La zurrapa que tienen los partidos no quiere enseñarla nadie. Las comisiones hay que evitarlas, reventarlas o, en todo caso, convertirlas en un taconeo de ujieres. Aznar sólo ha accedido a rebuscar con todas las consecuencias en Gescartera cuando la presión de los medios ya le desbordaba los husillos de la casona. Que nadie pida tampoco coherencia al PSOE. En política eso es una ingenuidad. La coherencia debería hacer que el zapaterismo entrara con todas sus banderas también en Andalucía, que se desalojara a los barones socialistas, tan roídos, y que llegara ese cambio tranquilo de políticos gentlemen y diputadas con caramelos. Nada de eso va a ocurrir, como tampoco accederá Chaves a una comisión sobre Prensa Sur, pues está la inercia de un poder bien cabalgado. La transparencia, mejor dejarla para los modelitos veraniegos de las actrices, para que se les vea golosamente un muslo encendido o una teta como el estómago de una medusa.

Mala época para comisiones de investigación, el verano, cuando todo tiene una distancia de calor y pesantez, cuando da pereza mirar a los ahogados y perseguir a los trincones. Que se termine ya agosto, que llegue lo que tenga que llegar, pero con la fresquita. Ahora es que todavía entra una modorra de pensar en esas cosas...

 

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