El Mundo Andalucía

Elecciones 27-M
La urna catódica

Luis Miguel Fuentes

21 de mayo de 2007

25 años, Manolo

La campaña se va haciendo cansada y sobaquera, que hasta hemos visto a Zapatero chorreando en sudor, como Camacho, con lo que no sabemos si nuestro presidente ha descubierto por fin esa españolidad que le reclama el PP y que huele siempre un poco a caballo y a baraja. Están nuestros políticos como desplanchados y los vapores de los mismos mensajes repetidos les hacen parecer metidos en esas churrerías de las ferias. La única novedad que se les ocurre consiste, si acaso, en llevar a un viejo guerrero, y entonces nos sale Bono, resucitado y reservista, como nos salió Felipe González, que es otra aparición que viene siempre con sus propias monjas. Ay, los viejos guerreros... Dan ternura como los viejos acordeones. Me ha pasado con Pacheco, que ha sacado para su campaña un vídeo evocador en el que mete fotos suyas como de la mili y recorre con la mirada Jerez igual que si fuera su cosecha, su hacienda de muchos años. “Pacheco, el mejor alcalde”, “una vida, una ciudad”, “una vida por un sueño”, decían los eslóganes, y uno se daba cuenta de que aquéllo era la política convertida en la melancolía de un ama de llaves.

En realidad, toda nuestra política parece antiquísima, la misma conversación de mecedoras que no termina. El PP se diría que no han cambiado desde Fraga, el PSOE andaluz vive de los mismos sermones al pobre porque seguimos siendo pobres, sin duda por su culpa; el PA continúa buscando la pipa de Blas Infante, que no sabemos si usaba pipa, y ya no queda esperanza para las revoluciones, ni siquiera con IU, que sólo nos trae soles con carita y odas al oxígeno. Ni el mediático cura de Cómpeta termina de ser novedoso, pues se limita a reponer Jesucristo Superstar. Todo por prometer, todo por hacer... Por eso no nos extrañó que el día de inicio de la campaña Canal Sur pusiera la película La máquina del tiempo, que me recordó al trenecito o el carretón del que no nos movemos. Fíjense si han cambiado poco las cosas que Chaves presenta a otro “mienmano”, Fernando, candidato en El Arahal. Eso es vocación familiar.

Hay, pues, un cansancio de piernas y otro cansancio de vejez en nuestra política, toda la barba de 25 años con la que llegan. “25 años, Manolo”, habría que decir, como el otro día hizo Arenas en Jaén, en simpática muletilla, otra más entre las varias que tiene para levantar a su electorado de decentes y en las que se cuelan banderías y hasta el terrorismo, pues además de con las penas de Andalucía también intenta convencernos como hacen los taxistas. Chaves, a pesar de la prohibición de la Junta Electoral de pasear a los consejeros como a reyes magos, no cesa de confundir los proyectos de su gobierno con los del candidato que toque ese día, y eso le dio pie a Arenas para este latiguillo: “Va a Écija y promete un hospital... ¿Y por qué no lo has hecho en 25 años, Manolo? Ahora, en campaña, va a Huelva y propone un puente... Y Manolo, ¿por qué no lo has hecho en 25 años, Manolo?”. Y Manolo no respondió, aunque tampoco hacía falta. Manolo lleva todos esos años viviendo de las rentas, de la inercia y de la leyenda negra de la derechona. Claro que ahora el PP quiere ser de centro, ¿pero por qué no lo habéis hecho en 25 años, Javier? No se dan cuenta de que los dos son igual de antiguos. Porque tampoco son entendibles 25 años de este gobierno amodorrado sin considerar el papel de una oposición que no ha sabido desprenderse de sus pelusas y de sus fachas. Y llamando a su electorado “la gente normal”, no es como se soluciona esto precisamente. Esta política vieja, esta foto que cansa... Al final, como nos dice el cine, lo que les pasa a esas amas de llaves es que se achicharran en su alcoba y en su nostalgia.


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